miércoles, 5 de noviembre de 2014

Un grano de arena… si hace montaña

Es difícil negar que en estos tiempos que corren, me ha sido cuesta arriba concentrar las ideas para dar fuerzas a mis manos y expresar objetivamente a través de la escritura, el cúmulo de emociones a lo largo de esta difícil escalada.

Un "Grano de arena... si hace Montañas", foto de: Garry Schlater
En efecto, evoco en mi mente esos duros momentos en los que la pendiente se hace tan difícil y escarpada que, con el temblor del cuerpo, te sugiere bajo la amenaza de caer al vacío,  renunciar a la meta y regresar a casa… desistir. Por suerte, la experiencia y la buena compañía te fortalecen y bajo el riesgo controlado te permiten seguir, y cuando menos lo esperas, la pendiente se transforma en ese tan anhelado punto llamado “Cumbre”. La gloría transformada en alegría, llena de lagrimas tu rostro y sabes que los sueños dan paso a la realidad.
Esta mañana al abrir mi “correo electrónico”, una fuerza llenó mi corazón, la nota de “Rossana” decía lo siguiente: 

“No tengo como agradecer tan maravillosos días, llenos de aprendizaje que rodaron mucho mas allá mis mentales limites... Fue una grata experiencia compartir del trekking con sus conocimientos! Me encantó conocerle y espero aportar desde mi pequeño espacio un grano de arena para la construcción de un turismo sustentable y responsable. Siempre agradecida!!!”

Si, eso es, lo que todos esperamos de la vida, aprendizaje, el mismo que debiera estar presente en cada paso, ese que nos garantiza poder alcanzar nuestras metas, esas cumbres con las que todos soñamos, aportando así cada uno su pequeño “grano de arena” para, al final del día, haber hecho una enorme montaña en la que podamos compartir esa gran alegría de alcanzar un objetivo en común.


El 1er. Congreso de Turismo de Aventura y Ecoturismo, fue tal vez, esa cumbre que nos permitió a un nutrido grupo de “soñadores” reunirnos e imaginar una Venezuela en la que, escalando montañas, remando, volando en parapente, surfeando, pudiéramos aportar ese “grano de arena” para poder vivir juntos en ese país que todos nos merecemos, y “al Cesar lo que es del Cesar”, valdría la pena mencionar el gran esfuerzo que hizo el organizador de este evento… el Sr. Luís Vidal, que apoyado por algunas organizaciones y personas, apostó al éxito de reunir a ese grupo de “inquietas” personas, que muchos suelen llamar locos, pero yo personalmente, que me considero ser uno de ellos, pienso que son los más cuerdos con los que contamos en este mundo, en el que cada día se sueña menos, porque los “sueños” son para el futuro, y hoy… solo se trabaja para la “inmediatez”.


Así pues Rossana, con tu “grano de arena”, estas aportando lo mejor que tiene una persona… el deseo de hacer mejor las cosas.

miércoles, 23 de abril de 2014

Turismo de Aventura o... La Aventura del Turismo.

Una bocanada de gas lacrimógeno me expulsaba de la última barricada que cruzaba para ir a buscar a mis clientes canadienses al aeropuerto de Maiquetía (2 de los 5 que estaba esperando) que llegaban 1 día más tarde de lo establecido, "Air Canadá" había decidido suspender sus vuelos a Venezuela por la inmensa deuda que el gobierno mantenía con ellos desde el año 2013. Sin embargo, ellos, los canadienses, complementando su vuelo con la aerolínea "AVIANCA" lograron hacerse de una alternativa que los condujera a Maiquetía para así finalmente, al día siguiente, enviarlos a Puerto Ordaz, donde iniciarían su periplo hacia el Roraima. Lograr los cambios en sus reservaciones fue toda una "proeza", sin embargo, como les explico a todos los que acostumbran a viajar conmigo, "para un venezolano nada es imposible". Todos me preguntaban, como era posible que unos turistas extranjeros "osaran" venir a nuestro país en los difíciles momentos que estábamos viviendo, a todos les contestaba que la verdadera "osadía" era la mía al permitirme el “lujo” de atenderlos en una Venezuela llena de inseguridad, intolerancia, malos servicios y para completar una larga lista… toneladas de “gases lacrimógenos”, pero bueno, digamos que este es nuestro trabajo y lo hacemos con “pasión”, creo que es la única explicación posible a ciertas decisiones que tomamos en nuestras vidas, algo así como enamorarse… solo puede ser posible si hay “pasión”.

A partir de ese momento y motivado al tiempo comprometido que tenían nuestros clientes, el grupo quedaría dividido en 3. Dos personas irían con Gonzalo al Roraima, luego (si llegaban), 2 nos uniríamos al grupo en Santa Elena de Uairen para visitar la Gran Sabana y finalmente, 1 persona, en vista de no haber podido resolver su “entuerto” con “Air Canadá”, se uniría en el aeropuerto de Maiquetía para aprovechar solo la última parte del Programa hacia los Roques.
En efecto, con esa habilidad venezolana que nos caracteriza, para poder adaptarnos hasta las peores circunstancias sin quejarnos y, tolerando todos los excesos que los ofertadores de servicios cometen con nosotros, yo me encargue de Sebastian y Jenny, con la conciencia tranquila de que a Gonzalo le estaba yendo bien con el grupo de Emely y Luque en la zona del Roraima, ya que los había estado siguiendo impecablemente gracias a la ayuda del “Geolocalizador” SPOT, que Guillermo Garroz me había ofrecido para apoyarme en caso de cualquier emergencia, por cierto, muy difíciles de atender en nuestro país.
Naturalmente, decir que todo iba bien es solo a manera “referencial”, ya sabemos por experiencia propia que en Venezuela es casi imposible decir que… “todo va bien”. Los “porteadores” que en diciembre nos habían pedido un salario de 600 BsF al día, habían decidido incrementarlo a 1000 BsF al día… bueno, después de la larga y acostumbrada disputa con los nativos Pemones de Parai Tepuy, Gonzalo se aprestó para iniciar su caminata… pero  aún no comenzando, otro pequeño e “inesperado” asunto surgió en el ambiente, ahora, para poder ir al Roraima y motivado al alto números de personas que lo visitan, había que reservar el “hotel”, por suerte y gracias a una lenta negociación conseguimos llegar al “Hotel Indio”, donde después de dos días de caminata una lluvia torrencial copó casi la totalidad del tiempo en el que nos mantuvimos en el Tepuy.
Mientras tanto, Jenny, Seb y yo nos encontrábamos intentando abordar el vuelo de “ASERCA” que debería haber salido a las 12:00 m y que después de dos cambios consecutivos de horario, y puertas de salida, logramos despegar a las 3:30 pm. Mi agotamiento era tal que aún no habiendo despegado ya dormía profundamente y solo un fuerte y abrupto aterrizaje logró despertarme. Un poco acostumbrado murmullo en el avión me decía que algo no estaba marchando bien, sin embargo me apresuré a llamar a nuestro contacto en Puerto Ordaz y notificarle sobre nuestra llegada, a lo cual Dubraska contestó… “Que raro Alfredo yo no he escuchado llegar el vuelo”. Inmediatamente me percaté que el pasillo de salida de la aeronave aclaraba mis dudas, estábamos nuevamente en Maiquetía, una avería en el avión, había obligado al capitán a regresar a Maiquetía… Nuevamente al punto de partida!
No fue sino hasta las 5:30 que pudimos abordar en una nueva aeronave y finalmente, después de una “incierta” hora de vuelo llegar a nuestro destino… Puerto Ordaz, en el cual, bajo la mirada atónita de mis dos visitantes canadienses, logramos cruzar las dos barricadas de manifestantes y Guardias Nacionales vestidos con atuendos de guerra, para finalmente llegar al Hotel Eurobuilding, que, casi de manera sorpresiva, superaba con creces los estándares de calidad a los que nos hemos acostumbrado en el país.
Al día siguiente, muy temprano en la mañana, y antes de que las barricadas tomaran fuerza, nos apresuramos a desayunar. Varios oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana, nos acompañaban en el lujoso comedor del Hotel Eurobuilding, dándole el toque “surrealista”, que naturalmente no dejaba de impresionar a nuestros amigos canadienses. Un largo camino nos separaba de los predios de la “Gran Sabana” a donde, por cierto, nos veíamos obligados a llegar por tierra ya que los vuelos comerciales ofrecidos por las aerolíneas “brillan por su ausencia”, a pesar de una y otra vez son anunciados con “bombos y platillos” por los organismos del Estado (http://www.eldiariodeguayana.com.ve/inf-general/60-conviasa-reactiva-operaciones-aereas-en-santa-elena-de-uairen.html). Naturalmente que algunos vuelos “charter” pueden ser ubicados, sin embargo sus costos son tan elevados que resulta poco rentable incluirlo en los programas hacia estas zonas.
Y allí estábamos, cruzando una a una las poblaciones de El Dorado, Guasipati, Tumeremo, El Callao, que mostraban su rostro triste ante la basura y los incendios forestales que de forma continua se abrían paso ante la mirada de nuestros visitantes, por suerte y bajo el “dantesco” espectáculo del pueblo minero de las “Claritas”, la Gran Sabana abrió sus brazos para recibir nuestra visita, no más ruido, no más propaganda política ni más barricadas, solo uno que otro incendio a la lejanía enmarcaba un paisaje inigualable en el país y el mundo. Nuestro conductor, Juan, después de 9 horas de carretera nos ubicó en Santa Elena de Uairén, donde la agradable posada de Ana Matilde e Isaam (Mount Roraima Tours) nos abría sus puertas, para darnos un rincón de descanso en este largo y pesado viaje de dos días. Esta posada, al igual que otras pocas (Yakoo, Venezuela Explorer, Cabañas Friedenau) pertenecen a esos “sobrevivientes” que han dedicado su vida a ese sueño venezolano llamado “Turismo”. Con la llegada de Luke, Jenny  y Gonzalo del Roraima, el grupo tomaba un nuevo aire y al día siguiente, continuaríamos nuestro periplo hacia los “bordes” de la Gran Sabana… El Paují y el “Abismo”… mientras tanto un paseo obligado por “La Línea”  y la “gran metrópoli” de Santa Elena, nos daban un contraste bastante claro de ciertos “errores” en el manejo administrativo de recursos fundamentales como: alimentos, gasolina y electrodomésticos, que, lejos de ser un negocio lucrativo para nuestro país, se han convertido en un mercado de tráfico y corrupción, que hacen de la zona, una “especie” de viejo Oeste, donde campea la ley del más fuerte, que en este caso pareciera ser… el Estado y sus autoridades.


A la mañana siguiente y sin mucho apuro, después de disfrutar un agradable desayuno, emprendimos nuestro recorrido hacia el Paují, con su ancestral carretera que ha visto pasar sobre ella las innumerables promesas de gobierno por un “supuesto” asfaltado que no ha pasado de ser un “bluf” electoral, que ha dejado a las abandonadas poblaciones a la buena de Dios y la… Intemperie. Seguía el horizonte indescriptible de selva, manchado cada vez con más frecuencia, por la rapiña de la minería, deforestación maderera y basura, que bajo la mirada “cómplice” de autoridades y nativos, poco a poco se va comiendo uno de los más presiados tesoros de nuestro país. Al llegar al salto “Catedral”, nos detuvimos a tomar nuestro almuerzo y a intercambiar algunas palabras con los encargados del lugar que cohabitan con los nativos en una incomprensible espera por esas mejoras de vida que les fueron hechas en los años 70 y… nunca llegaron. Generaciones que se alternan, desgastando un futuro en el que solo algunas pocas guías de turismo hacen notar su existencia. En las proximidades del “salto La Catedral”, nuestra posada… “Intiguazi” y su propietaria “Wanda”, nos esperaban para darnos un verdadero remanso, en el que “descansar” es el lema. Esta posada está ubicada en un mágico lugar en las afueras de la carretera principal y es otra más de esas muestras de lo que “debería ser” en una zona en la que tantos se han llenado la boca con la palabra “Turismo”. Esta familia, apostando a un futuro en el cual los valores de esta promisora tierra sean los que realmente muestren al mundo lo hermoso de una Venezuela diferente, se han avocado paso a paso a consolidar un sueño… su “casa del sol”.
Y poco a poco el “sol” fue determinando el tiempo, y nuestros cansados cuerpos convirtieron el cansancio en sueño y las ganas en un nuevo amanecer el el que el camino nos llevó nuevamente hacia la carretera que finalmente nos llevó hacia uno de nuestros últimos destinos… “El Paují”, ese lejano lugar en el que pareciera detenerse el tiempo, o más bien acabarse el mundo. Ese lugar donde la palabra “Abismo”, marca como el límite de lo posible, donde el humo del incienso de “tacamajaca” de paulista, se mezcla con el del horno de leña y esconde bajo el “surrealismo” de un mundo que se niega a desaparecer. 
El “Abismo”, marca ese límite entre la selva y la Gran sabana… es como el final de un viaje, el final de un sueño, donde la vista se pierde en el infinito verdor de un sueño que todos los que amamos este país jamás quisiéramos que desapareciera. Era el límite de lo que habíamos venido a ver. El regreso ya lo conocíamos… la misma carretera, los mismos incendios, deforestaciones, alcabalas y caseríos inundados de pobreza, no la cultural, sino la de promesas, esas que llegan elecciones tras elecciones, inundadas de esa palabra que todos usamos pero pocos sentimos… Turismo, esa rica palabra en la que se esconde no solo el valor de la tierra, sino el más grande que es el de poder comprender el valor de la tierra y de su gente… el valor de una aventura que es el descubrirnos a nosotros mismos.



Nos vamos con un sueño realizado, ese que nos llevo a recorrer los paisajes más hermosos de la Gran Sabana y con una gran preocupación… la de saber cuan vulnerables son estos mismos paisajes a la desidia de sus visitantes. En esta oportunidad nos despide, no el humo de las lacrimógenas, pero si el del fuego que consume los mermados bosques de la Gran Sabana. 

viernes, 14 de febrero de 2014

El Rescate gratuito o… “La ilusión Divina”

“Prevenir, mejor que lamentar”


Eran las 00:40 de la madrugada, y recién la tormenta había terminado. Los truenos que retumbaban en la oscuridad de la noche, poco a poco se fueron alejando, y con ellos la dosis de adrenalina que llenaba nuestros cuerpos. El frío se comenzaba a sentir con una intensidad inusual, especialmente cuando hurgábamos cada recodo de la roca buscando grietas para nuestro avance… el hielo se había apropiado de cada hendidura de esta pared que en condiciones normales no hubiera representado mayor dificultad.
Rapeles finales en la "retirada" del
Maternorn  (Cervino-Italia/Suiza)
No había otra opción, o era mañana o nos tendríamos que regresar, en 2 días el tren de Luís salía hacia París desde Cervinia… la suerte estaba echada. Evidentemente al despejarse la noche y poco antes de llegar a la “Capanna Carrel”, con la claridad que apareciera después de la tormenta, brillaba el vecino pueblo de Cervinia con todas sus luces, y nuestras linternas deberían ser el “blanco” de preocupación para todos los organismos de seguridad encargados del área. La madrugada nos sorprendió en una muy pequeña repisa en la que, asegurados a un manojo de viejas cuerdas y anclajes metálicos, nos dispusimos a “acomodarnos” lo mejor que pudimos, e intentar descansar algunas horas para, con la luz del día, comenzar nuestro descenso hacia tierras más seguras.
A las 6:15, el lejano sonido del helicóptero nos hizo salir de nuestro letargo matutino y sin mucho trabajo, pudimos divisar ese pequeño punto rojo que rapidamente se acercaba hacia nosotros… apurámos nuestra decisión y llegamos a la conclusión que en esta oportunidad el helicóptero no era nuestra opción, ya que apartando el cansancio y el frío, estábamos en plenitud de condiciones y solicitar el apoyo helitáctico, era utilizar un recurso que, aparte de costoso, implicaba un riesgo para los integrantes de la aeronave y nosotros mismos. Como maestros del aire, el equipo helitáctico alpino se colocó, cual “libélula”, a muy pocos metros de nuestro “nidal de supervivencia” y después de recibir las  rigurosas señales “tierra-aire” de “OK”, se retiraron a toda velocidad hacia el cercano refugio “Carrel” para recuperar el cuerpo de 2 escaladores italianos fallecidos el día anterior.
Definitivamente habría muchas maneras de interpretar esta situación, entre ellas las más inauditas y heroicas hasta las más razonables y frías… yo particularmente creo más en estas últimas, sobre todo si se trata de situaciones de emergencia y seguridad. 
Walter Bonatti, uno de los más grandes montañistas de los años 60, decía: “La montaña no es como los hombre. La montaña es sincera.” Tal vez este sea el motivo fundamental que nos lleva, a muchos de nosotros, hacia ellas.
No podía dejar de escribir mi punto de vista hacia una situación ocurrida poco tiempo atrás en el “Auyan Tepuy”, que gracias a la acertada intervención de Protección Civil del Edo. Bolívar a través de su directora “Andrehina Diaz”, José Antonio y la del excelente saltador BASE André, que facilitó su teléfono satelital, para brindar el único sistema de comunicación de la zona de la “contingencia”, permitiendo finalizar sin mayores resultados... que una experiencia para “contar”, sin embargo, pensar que  esto fue una “prueba Divina” (“Seguimos en lo que yo llamaba “mi nuevo encuentro con Dios”, ya para los últimos dos días debo aceptar que los obstáculos eran cada vez más difíciles para mí, no tanto físicamente sino psicológicamente”, palabras de uno de los involucrados en el incidente), ya que el único camino "Divino" que yo puedo concebir en las montañas es el de la "Felicidad", y este pocas veces tiene que ver con "accidentes", "intervenciones de rescate", "situaciones de emergencia" o cosas por el estilo. Que por cierto, aparte del gran riesgo de perdidas de vidas humanas que estas representan, involucran inmensos gastos operativos, por tratarse del manejo de situaciones que generalmente se desarrollan en ambientes altamente peligroso don de el uso de equipos y personas especializadas es necesario. (Ver referencias 1,2 y 3 al final). Pensar que, por el hecho del "ESTADO" ofrezca un rescate sin "APARENTE" costo, no quiere decir que el mismo no haya tenido un elevado gasto operativo y que pedir que estos costos se abaraten en un lugar como Venezuela, no deje de ser un "ABSURDO", mencionando nuestro país como referencia, no como un hecho "peyorativo", sino que como cualquier actividad humana, el costo se calcula tomando en cuenta diferente variables que tienen que ver co: Frecuencia, volumen de utilización, dificultad de uso, dificultad y costos en la adquisición y uso de los equipos y un sin número de circunstancias en las que nuestro país está "EVIDENTEMENTE" desfavorecido. Así que, la mejor manera de tener una experiencia con DIOS, es ser un poco más previsivo y no poner en "RIESGO" la seguridad personal ni la de los que nos acompañan, eligiendo objetivos para los cuales no estemos preparados. Es por esto que hay un "adagio" utilizado en todas partes del mundo que dice: "ES MEJOR PREVENIR QUE LAMENTAR" y la más importante parte de la "PREVENCIÓN" es la "INFORMACIÓN".

Un agradecimiento muy sincero por los detalles facilitados a través de:
Daniel Todd
Andrehina Díaz
José Antonio Vazquez
André Vancampenhoud
Ivan Valles






Haz Turismo... Deportes, pero, NO ARRIESGUES TU VIDA.
1.- Informate bien del lugar que vas a visitar.
2.- No exedas tus niveles en el logro de las metas que te hayas propuesto.
3.- Usa Operadoras de Turismo de Calidad.
4.- Exige un Guía Homologado y Capacitado para el logro de tu meta.
5.- Trata siempre de mantenerte en contacto con Organismos de Seguridad que puedan brindarte apoyo en caso de emergencia.
6.- Deja el lugar a donde vayas mejor de comno lo encontraste.

Recomiendo leer:




1.-“Actualmente el servicio de rescate aéreo puede costar más de 100.000 yuanes (16.000 dólares) por viaje, lo que es demasiado caro para la mayoría de lagente” dijo Li Chongsen, portavoz de la Cruz Roja de Pekín.
2.-"La compañía aseguradora que cubre a los deportistas federados en montaña en Madrid, como era el caso, recibió una factura emitida por el SUMMA por valor de 5.452 euros en concepto del rescate. Éste es el precio fijado por la CAM para atención sanitaria móvil en urgencias y emergencias con medios aéreos y está recogido en la Orden 629/2009".
3.-"La Federación Andaluza de Montañismo, que tiene entre 8.000 y 9.000 federados -que cuentan con seguro en caso de accidente-, explica que una hora de vuelo de un helicóptero de la Guardia Civil cuesta 1.000 euros, un gasto que hasta puede multiplicarse por cinco en caso de que sea necesario movilizar a los helicópteros del GREA (Grupo de Rescate Andaluz) o a los medicalizados del 061".