de la agencia TAF en Valencia (España), he sido seleccionado entre los 5 finalistas a nivel mundial en el concurso para seleccionar al "Mejor Guía de Naturaleza" del año, este concurso es organizado desde el año 2017 por Terry Lawson Dunn de la exitosa empresa "Eco Trip Match".
Ganando este concurso, no solo sería uno de mis objetivos para promocionar el turismo de naturaleza a nivel nacional, sino me ayudaría a desarrollar un proyecto de capacitación "Aprendiendo en la Montaña", cuya intención primaria es atender la capacitació turística como "Guías de Montaña" de los arrieros, "baquianos" y trabajadores del páramo venezolano, de sectores prioritarios del turismo nacional.
Thanks to the support of Antonio Pestana Drumond, representative for Venezuela of the International contest "Eco Trip Match.com" and Guillermo Israel S Ch of the TAF agency in Valencia (Spain), I have been selected among the 5 finalists worldwide in the contest to Selecting the "Best Nature Guide" of the year, this contest has been organized since 2017 by Terry Lawson Dunn of the successful company "Eco Trip Match.com". Winning this contest would not only be one of my objectives to promote nature tourism at the national level, but it would also help me develop a training project "Learning in the Mountain", whose primary intention is to attend the tourist training as "Mountain Guides "of the "muleteers," "baquianos" and workers of the Venezuelan páramo, of priority sectors of national tourism.
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Allí permanecen ellas, inertes, silentes, como gigantes observadoras del tiempo. Soportando abandonos y desaciertos... esperando amor y sociego. Si, son ellas, las Montañas. Entre rocas, viento, sol y lagunas, muchas veces nos movemos sin darnos cuenta de la importancia de uno de los ambientes más impolutos que nos quedan en el mundo. Son las montañas esos espacios donde pudieramos aprender a retomar el camino, a regresar a lo que somos nosotros mismos. Necesitamos con urgencia no solo en el mundo entero, sino especialmente en esos lugares donde la naturaleza abundante exige una inmediata atención, necesitamos de esas personas que, con atención, pasión y maestría, nos puedan poner en contacto con las necesidaes que nos demanda un ambiente tan "sensible" como... Las Montañas.
Hablar
sobre todo el tiempo que ha pasado desde los primeros intentos en tratar de
ordenar el proceso para un “digno” reconocimiento de los “Guías de Turismo
especializados en Montaña” y otras actividades “Aire Libre", nos llevaría
horas, días, tal vez años. Sería como para escribir una novela al mejor estilo
“Cabrujas”, en la que afloraran todos los aspectos de nuestra realidad
venezolana. Sin embargo, esta “novela” … la de los “Guías de Montaña”, resulta
un poco más complicada por el simple hecho de tratarse de normativas,
regulaciones y acuerdos que tendrían que regir en la vida profesional de estos
indispensables servidores turísticos.
Un
presagio y reflejo de lo que ha sido este largo proceso fue nuestro penoso
viaje a la ciudad de Mérida para acudir a la convocatoria hecha por INATUR en
respuesta a una solicitud de la AGMM (Asociación de Guías de Montaña de Mérida)
y realizada por INCES y el apoyo del “CUHELAB” (Hotel Escuela de Turismo) en el
que habrían de certificarse un importante número de aspirantes a Guías de Montaña
en las áreas de Baja y Media Montaña e igualmente Alta Montaña.
Estábamos
en un “desmejorado” bus-cama de la “Cooperativa Táchira Mérida”, en el que lo
único que parecía funcionar… o tal vez no, era el “helado” aire acondicionado,
que después de un viaje de 15:20 horas, nos colocó cual témpanos de hielo, en
el Vigía y así finalmente en poco más de 17 horas (El mismo tiempo en que se
dilata un avión en llegar a Delhi-India) llegar a Mérida, donde por suerte, un
mundo de sonrisas y buenos amigos nos dieron la bienvenida al “Hotel Escuela”
donde los responsables del proceso y un grupo de interesados se daban cita para
esta especial oportunidad.
Evidentemente
este era un proceso inusitado que se había estado gestando desde principios de
siglo (me refiero al XXI) tras el trabajo personal de algunos interesados que
de manera académica o autodidacta nos habíamos paseado por la idea de
convertirnos en Guías profesionales de montaña, cosa que en nuestro país
resultaba poco más difícil que una de las más arduas escaladas imaginables. La
falta de Clubes, Asociaciones y/o Federaciónes, que de manera consistente apoyara
esta actividad, la poca demanda de este servicio turístico especializado en
programas de montaña, fueron los primeros elementos que nos obligaron a
varios de nosotros a buscar una formación académica en otros países, para una
vez finalizados, abocarnos a profesionalizar esta actividad en Venezuela a
través de las dos principales Asociaciones existentes en el país, la Asociación
de guías del Estado Mérida y la Asociación Venezolana de Instructores y Guías
Profesionales de Montaña (AVIGM), en la cual me comprometí personalmente.
El Proceso, a pesar de presentarse algo tormentoso
por los acostumbrados “regionalismos” irracionales existentes en nuestro país
en relación a la participación de montañistas y Guías foráneos al Estado
Mérida, fue tomando su rumbo, y el importante aporte de los organismos
participantes, que intentaron darle un perfil académico al proceso en sí, que
una vez superada la etapa de inscripción y selección de “Aspirantes” y
“Maestros”, poco a poco se fueron superando los contenidos y pruebas
teórico-prácticas con el objetivo fundamental de ir decantando el grupo que
finalmente, luego de sus respectivas salidas de campo hacia “La Culata”
(Aspirantes a Guías de Baja y Media Montaña) y Sector Norte del Pico Bolívar
(Aspirantes a Guías de Alta Montaña) en las que pudieran comprobar sus
condiciones como buenos profesionales en el área de la “guiatura” de
montaña.
Lo
“INNOVADOR” de este proceso en nuestro país y la diferencia entre los aspectos
metodológicos del mismo, fueron complicando y haciendo cada vez más inviable
las aspiraciones de todos los involucrados no solo las personas naturales, sino
las Instituciones, que a fin de cuenta son las responsables de reconocer las
credenciales de los profesionales en el país.
En este
proyecto (Que no fue el primero) nos pudimos percatar de la calidad técnica y
humana de algunos de los participantes y el gran deseo de las mayorías por sentirse
incluidos en un proceso de capacitación, profesionalización y acreditación que
les brindara herramientas de calidad para, no solo reconocer una labor
fundamental dentro de un importante sector turístico, sino desempeñarse
profesionalmente como prestadores dignos de servicios turísticos, con todas las
reivindicaciones que la ley debiera garantizar a todo profesional.
Por suerte, o mejor dicho, con esfuerzo,
especialmente a través de la “AVIGM” (Asociación Venezolana de Instructores y
Guías de Montaña), y la AGMM (Asociación Guias de Montaña de Merida) hemos conseguido un constante apoyo que nos ha brindado
reconocimiento no tan solo a nivel Nacional, sino también Internacional,
especialmente a través de la “USAGAM” (Unión Suramericana de Guías de Alta
Montaña) y la “UIAGM” (Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña)
que, de manera precisa y puntual, han brindado a todos los interesados,
protocolos precisos de formación que se ajusten a los parámetros exigidos por
estas organizaciones y lo más importante… por los usuarios. En este momento
tanto el Sr. Pablo Borjas como Eduardo Rojas se desempeñan como Guías de Montaña Internacional, y Carlos Pineda y Jase Munelo (Que aún se
encuentra en el proceso previo de certificación), han obtenido sus credenciales
internacionales y son reconocidos por la UIAGM como Guías Internacionales de
Montaña, trabajando; el primero, Pablo Borjas en Nueva Zelanda y el segundo,
Eduardo Rojas en el staff de profesores de la Escuela Chilena de Guías de
Montaña.
Pareciera
haber pasado un siglo… en efecto así ha sido, si contamos que este esfuerzo se
ha venido haciendo desde principios de los años 80 (Del siglo XX) con el apoyo
de la UPAME (Unión Panamericana de Montañismo y Escalada) mediante la formación
de Instructores venezolanos en el área de Baja, Media y Alta Montaña, y
siguiendo así con varios procesos que con mayor o menor éxito han sido
inconclusos, hemos llegado al siglo XXI y aún no encontramos respuestas contundentes,
principalmente de los ENTES GUBERNAMENTALES, que son los que tienen la potestad
legal de dar el reconocimiento profesional a todos los interesados en un área
laboral especifica… en este caso EL TURISMO DE MONTAÑA.Definitivamente sería injusto negar, sobre todo el esfuerzo de personas que desde MINTUR, INATUR e INCES, han puesto su empeño en cristalizar esta propuesta, con resultados que, en algún momento cercano, veremos concretarse.
Ahora
queda fortalecer las Asociaciones y permitir a futuro que las nuevas
generaciones que desean hacer la Montaña no solo su campo de entrenamiento
donde encontrar respuestas a sus inquietudes como personas, sino también una
manera confiable de mantener una opción profesional que permita transmitir
todas las experiencias que este maravilloso ambiente le brinda a los que lo
visitan, sino también hacerlo de una manera segura que respete a este frágil
ambiente y su cultura.
Es importante no dejar de destacar los esfuerzos que se han intentado realizar a través de las instituciones educativas privadas como la Universidad Catolica Andres Bello y la Universidad Metropolitana de Caracas, y más importante aún por el Tecnológico "Américo Vespucio" que ha comenzado a dictar un Diplomado para la formación de Guías de la Naturaleza "Ambito Baja y Media Montaña" que ha concluido con un maravilloso exito su primera edición... bravo por ellos.
Muy cerca
se ve un camino mucho más sencillo para lograr la meta de esta difícil
“cumbre”… la de los Guías de Montaña venezolanos, por ahora queda seguir
exigiendo al Estado un respaldo legal que garantice el profesionalismo del Guía
y continuar capacitando a los futuros interesados, para que así, puedan
desempeñarse en esta maravillosa profesión.