viernes, 30 de marzo de 2018

NEPAL 2019... Un exclusivo viaje al corazón del Himalaya


Nepal es un país de montañas y sentimientos donde los comentarios no tienen cabida... Solo pueden tener valor en el corazón del que los experimenta.

Realmente pensar en un país inspirador, en el que artistas, poetas y exploradores hayan fijado sus sueños puede ser difícil si no pensamos en Nepal. Es un lugar que se ha tejido con un hilo de leyendas ancestrales que le han obligado a demarcar una cultura en la que la vida no se puede desligar de la intensidad con la que se han desarrollado los hechos que la han obligado a tener un estilo cultural casi único en el mundo, definido por las emociones que hacen despertar en sus habitantes y visitantes un mundo rico en vivencias que pueden desencadenar los más altos contrastes de la personalidad de cada ser que recorre sus diversos paisajes y regiones.

Nepal es un país de montañas y sentimientos donde los comentarios no tienen cabida... Solo pueden tener valor en el corazón del que los experimenta. Esto es tan cierto que la multiplicidad de lenguas, costumbres y culturas que conviven no tienen otra manera de hacerlo sino con un nivel de aceptación y tolerancia mutuo que les permite una convivencia pacifica en la que el respeto de valores que han persistido durante siglos se mantienen vivos de una generación a otra. Es difícil explicarnos muchas de los fenómenos que suceden en Nepal y el arraigo tienen muchos habitantes de este país si no aceptamos sus reglas...

Nepal es uno de esos países que mientras más se visita más gusta, esto tal vez se deba a  que comenzamos a entender que detrás de todos esos rostro que se cruzan con nuestra mirada hay una persona con sentimientos iguales a los nuestros, con un deseo por vivir intensamente cada momento de la vida, y que la única diferencia radica en la forma en que esto se expresa.

En nuestro afán de llevarnos nuestras costumbres como parte de nuestro vagaje, nos olvidamos que tenemos mucho que aprender de una cultura milenaria que ha logrado sobrevivir a la vorágine de la modernidad gracias a haber entendido que para vivir solo hace falta una cosa... Querer hacerlo y hacerlo con un poco de humildad hacia lo que somos, y lo que tenemos en común a pesar de las diferencias que puedan existir. Montañas, sabores, lenguas, culturas, religiones, son solo algunas de las experiencias que están abiertas a todo aquel que quiera abrirse a este mundo de sensaciones que encontramos a cada paso en este pedazo de cielo en la tierra... Nepal.


Nepal... Por los caminos del Everest.



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PRONTO REALIZAREMOS NUESTRA REUNIÓN INFORMATIVA

Programa:
Día      19 de Septiembre: Vuelo desde Lugar de Origen hacia Kathmandú.
Día      21 de Septiembre: Llegada a Kathmandú/Nepal.
Día      22 de Septiembre: Día libre. Visitas varias a lugares de interés y preparación logística para el Trekking.
Día      23 de Septiembre:  Día libre. Visitas varias a lugares de interés en Kathmandú y sus alrededores (Patthan y Backtaphur).
Día      24 de Septiembre:    Vuelo de Kathmandú a Lukla 2830 m.- Inicio del Trekking-Lukla-Phakdingma-Mondzo 2652 m.
Día      25 de Septiembre:    Mondzo-Namche Bazar 3440 m.
Día      26 de Septiembre:    Descanso en Namche Bazar.
Día      27 de Septiembre:    Namche Bazar-Pangboche 3930 m.
Día      28 de Septiembre:    Descanso y ceremonia en el Monasterio de Pangboche.
Día      29 de Septiembre:   Pangboche-Dingboche 4.410m
Día      30 de Octubre:   Dingboche-Thukla-Lobuche 4910m
Día      01 de Octubre:  Lobuche 4910m-Gorack Shep-(Kala Día Patar)5580m –Gorak Shep
Día      02 de Octubre:   Gorack Shep- Campo base del Everest. 5.310m-Lobuche.
Día      03 de Octubre:   Lobuche- Ascenso al Campo Base del “Pokalde”
Día      04 de Octubre:  Campamento “Pokalde”- Cumbre del “Pokalde”- “Dingboche”.
Día      05 de Octubre:  Dingboche-Pangboche.
Día      06 de Octubre:  Pangboche-Namche Bazar
Día      07 de Octubre:   Namche Bazar-Lukla.
Día      08 de Octubre:  Vuelo Lukla-Kathmandú.
Día      09 de Octubre:  Día libre en Kathmandú.
Día      10 de Octubre: Día libre en Kathmandú.
Día      11 de Octubre: Vuelo Kathmandú-Lugar de Origen

 Breve descripción del programa

      Por vía aérea, nos trasladaremos desde el lugar de origen a Kathmandú, capital  de Nepal, haciendo escala usualmente en París, desde donde se suelen tomar los vuelos a Delhi. Este primer instante nos permitirá experimentar un marcado contraste entre tres mundos completamente diferentes.
Kathmandú, es una ciudad muy pintoresca y hermosa donde habitan unas 1.500.000 personas (censo 2.006). La arquitectura es muy peculiar, resaltando los monumentos y templos dedicados a la devoción y religión. Contrario a lo que sucede en las zonas montañosas, en la que la  cultura Budista es la principal tendencia religiosa, en el valle el Hinduismo florece con toda su fuerza logrando un 90% de seguidores.

A diferencia de otros países que poseen muchas religiones, castas y creencias, en Nepal todas estas tendencias conviven en paz y armonía
Las calles  de Kathmandú están repletas de turistas curiosos y de vendedores  ambulantes insistentes, quienes ofrecen las más variadas mercancías que van desde artesanías, flautas, piedras preciosas hasta hashish y opio de manera clandestina. Un olor característico generado  por mantequilla de yak, flores, incienso, y el agudo sonido de las bocinas de los scuters, rikshaws, y bicicletas, le dan un toque muy especial y pintoresco a la ciudad.
Luego de haber pasado dos días en Kathmandú, volaremos a un poblado de montaña llamado Lukla/2830 msm , el cual pertenece a la región de Solo-Khumbu, que es el punto de partida del trekking.
Este vuelo a bordo de pequeños aeroplanos, nos permitirá, con un poco de suerte, observar la cordillera del Himalaya, sus gigantescas montañas...  entre ellas el Everest.
Una vez en Lukla tendremos el primer contacto con los Sherpas, quienes habitan en esta zona del Himalaya. Son de origen Tibetano y por lo general de religión budista. Algunos porteadores nos transportarán todo el material  y equipo que utilizaremos durante el trekking.
La primera noche, así como las demás la pasaremos en un "Lodge" o posada. Comenzaremos el trekking en dirección a la montaña más alta del mundo. A partir de este momento no habrá vehículos ni tecnología avanzada, solo montañas, ríos, aire puro, y muchas estupas y gompas (Monumentos religiosos budistas).
El primer día de caminata se llegará a un pueblo llamado Mondzo, cruzando el río Duthkosi a través de emocionantes puentes colgantes.
El día siguiente ingresaremos en el "Parque Nacional Sagarmatha " y nos dirigiremos a Namche Bazar. En un punto del camino hay un sitio denominado "Everest View"  desde el cual, y con días despejados se puede observar por primera vez el "Techo del  Mundo".
Namche Bazar está situado a una altura de 3440 msm, y representa la capital del pueblo sherpa, siendo la población más grande e importante del "Khumbu Himal" (esto obliga a un merecido descanso). Todos los sábados se efectúa un interesante mercado, cuyo origen se remonta muchos siglos atrás, y en el cual se venden las mercancías provenientes de China e India.
En la siguiente jornada de marcha alcanzaremos el famoso asentamiento de Pangboche, uno de los centros budistas más importantes del área.
La siguiente etapa será Lobuche que se encuentra en la ruta hacia el Campo Base del Everest… nuestro objetivo final.
Para ascender hasta el campamento base del Everest, bordearemos por un extremo el glaciar del Khumbu, hasta llegar a un sitio denominado Gorak Shep a 5100 msm. Desde este punto es posible ascender una montaña... o mejor dicho una estribación del Pumori, llamada Kala Pattar de 5580 msm ( 600m más alto que el Pico Bolívar) y así obtener una magnifica vista al Everest, Pumori (7161 msm), Lingtren (6650 msm), Khumbutse (6640 msm), Everest (8872 msm), Lhotse (8501 msm), Nuptse (7897 msm) y muchas otras montañas más.
Con el ascenso a Kala Pattar hemos logrado nuestro objetivo más lejano. El retorno se desarrollará por el mismo camino de ascenso con la única variante de que para bajar hasta Pangboche, intentaremos escalar una hermosa montaña llamada Pokhalde (5.860m). Acamparemos en la base de esta montaña, para, al día siguiente, intentar llegar a su cumbre y dormir en Dingboche.
Nuestra siguiente noche será en Pangboche, ya que desde este lugar, al día siguiente, retomaremos la ruta que nos ha de llevar de regreso a Lukla, según el programa establecido, sin embargo no dejaremos de pasar por uno de los lugares más famosos de este recorrido, el Monasterio de Thyangboche, uno de los principales monasterios budistas del Nepal, que siendo víctima del último incendio en 1949, en 1993 fue reinaugurado, presentando un aspecto renovado e imponente. Thyangboche está edificado en la cima de un risco, rodeado por pinos, rododendros, azaleas, y muchas flores, bajo las sombras de algunas de las montañas más imponentes del mundo: Tramsercu, Ama Dablam, Nupse, Lhotse, y Everest. Es un ambiente mágico que invita a la paz y a la meditación.... tal vez con un poco de nostalgia, pero seguramente con la satisfacción de haber visitado uno de los parajes más hermosos del planeta donde los sueños de cientos de hombres han volado hasta lo más alto del mundo.
De vuelta en Katmandú, tendremos tiempo para terminar de recorrer la ciudad, hacer compras si lo desea o simplemente descansar, y no hay mejor lugar para descansar y disfrutar de este país que la majestuosa selva de Chitwang donde pasaremos dos días que nos brindarán el detalle final de este viaje que difícilmente encontremos palabras para describir.




NEPAL, La Aventura...

Por: Juana Frontera

Nuestra aventura empieza en Caracas (Venezuela), donde un grupo de 14 venezolanos emprendemos el viaje a los HIMALAYAS, encabezando el grupo se ubico el famoso montanista Alfredo Autiero, experto conocedor de estas montañas y su cultura.

Con un breve paso por París, volamos a Nueva Delhi… un breve paso por la India, que amerita un relato propio, y de allí a Nepal... especifi­camente a su capital.

Al llegar a Katmandu todo toma una nueva di­mensión y los recuerdos y experiencias regresan a un mundo en el que el tiempo no tiene un valor in­trínseco y pareciera estar detenido.Nawang, nues­tro Sirdar y ayudante nos abraza y coloca a  todos la clásica guirnalda de flores como señal de bienvenida, el bullicio de una ciudad cosmopolita que pareciera cualquier bazar medieval nos envuelve despertan­do todos los sentidos en un crisol de emociones inexplicables donde lo más antiguo se mezcla con lo moderno en un equilibrio que hace al lugar el sitio ideal para una multiplicidad de objetivos... El nuestro: Trekking al Campo Base del Everest!

En Katmandú, alojados en el “Katmandú Guest House”, pasamos 2 días en los que numerosas di­ligencias y las visitas indispensables a los Templos y monumentos de este hermoso valle, hicieron casi imperceptibles nuestra permanencia en este her­moso lugar del planeta.

El 27 de Septiembre, aun sin salir el sol nos re­unimos todos en el lobby del hotel y después de abordar los vehículos que nos llevaron al aero­puerto. En esta oportunidad nuestro destino: la pequeña población de “Lukla”, enclavada en el medio de los Himalayas. Lukla es el inicio obli­gado de casi todas las expediciones y trekkings que se dirigen hacia el “Kumbhu”, nombre que se suele dar a la región en la que se encuentra enclavada la Montana mas alta del mundo… El Everest. Un corto e inolvidable vuelo, entre las imponentes montanas a nuestro alrededor, nos lleva al mundo de los “sherpas” y lentamente a dar nuestros primeros y tímidos pasos de adap­tación en este mundo en el que la religión y las montañas se mezclan para dar forma a una leyen­da ancestral y legendaria llamada HIMALAYA.



De todos los viajes de aventura por los diferentes rincones del mundo donde tuve la suerte de poder ir… ESTE ES EL QUE JAMAS OLVIDARE.

Poco a poco, cada paso nos adentraba más en ese mundo mágico llamado Khumbu, donde la pobla­ción sherpa ha encontrado su arraigo y ha formado parte de casi todas las aventuras en la que los “oc­cidentales” nos hemos visto involucrados, siendo ellos (los sherpas) quienes hoy en día están mar­cando la pauta con las más impresionantes proe­zas: record de velocidad en ascenso al Everest (8:15 horas desde el CampoBase); record de permanencia en la cumbre del Everest (Babu Shin, 18 horas); mayor numero de ascensos al Everest (14 ascensos consecutivos). Todo esto ha sido posible porque ellos han sabido asimilar lo mejor de sus visitantes sin detrimento a una cultura ancestral, que no solo les ha permitido reforzar su identidad étnica sino los ha llevado a ser reconocidos en el mundo entero por su amabilidad, fortaleza y honestidad a toda prueba.
 Para los que ya habían visitado estos parajes, el Khumbu habría a cada paso un cúmulo de recuer­dos y sensaciones que los sumergían en un éxtasis continuo a lo largo del día, en el que el tiempo perdía cualquier referencia posible. Para los que por primera vez pisaban esta maravillosa región de montaña, un mundo totalmente desconocido per­mitía a cada uno de los 13 integrantes del grupo entregarse a su particular mundo interior, y llenarse de ese mágico mundo llamado HIMALAYA. 
 Los días fueron pasando y así también la distancia en el logro de nuestro principal objetivo “Kala Pa-tar” un resalte rocoso ubicado en una de las princi­pales aristas del Pumori, montaña esta que por su especial ubicación es considerada uno de los mejores miradores para poder observar con detalles a la diosa madre del mundo: ”Sagarmatha” El Everest. Con el pasar de los días las emociones de cada uno de nosotros se iban agudizando y con ello también la forma de interpretar y reconocer los verdaderos objetivos de un viaje a lo más recóndito de estas regiones... a lo más profundo de nosotros mismos. Al llegar a Namche, la población mas representativa de los Himalayas, aprovechamos de un merecido día de descanso, ya que la siguiente etapa del re­corrido comenzaríamos a realizarla más allá de los 4.000 metros de altura, zona en donde la marcha comenzaría a hacer mella sobre todos nosotros. Namche tiene la particularidad de ser una “gran metrópoli” en el Khumbu, sus dos ciber cafés, sus pastelerías y “discos”, la hacen el lugar predilecto de aquellos que quieren mantenerse apegados a la cotidianidad de nuestro mundo occidental; sin embargo, a partir de este lugar, otro panorama se abre al visitante y la puerta a este mundo es la majestuosa visión de la montaña más alta del planeta, custodiada celosamente por el hermoso monasterio de Thiangboche, que como atalaya en el cielo es la entrada del valle del Khumbu donde las montañas del Ama Dablam’, “Transercu”, “Taboche”, “Lhotse”, "Everest" y muchas otras se levantan majestuosas para jugar con las nubes, el cielo y los sentimientos de sus visitantes. 

Es una experiencia absolutamente increíble, las marchas entre montañas y paisajes exuberantes, de 8 a 12 horas de duración, con diferentes niveles de dicultad e inclinación.Absolutamente extenuante, y alcanzando poco a poco la altura necesaria, con sus correspondientes descensos y ascensos necesarios para lograr la ade­cuada aclimatación para llegar con poco impacto para tu salud, a alcanzar los lugares ubicados enci­ma de los 5000 (Campamento Base del Everest) y hasta cerca de los 6000 (KalaPatar).

Que es lo mas inolvidable del recorrido, que dura 2 semanas de principio a n? Es difícil decirlo... la majestuosidad de los paisajes que se pueden dis­frutar en el transcurso del desarrollo del trekking?La asombrosa hospitalidad y espiritualidad de to­dos los habitantes de ese lugar del planeta? La satisfacción del logro en completar el recorrido, cuando mas de una vez tu cuerpo te pide que lo abandones y es solo con el poder de tu mente como puedes continuar la marcha? La profunda paz espiritual que logras alcanzar luego de hacer la travesía?
 No lo se……solo puedo armar que de todos los viajes de aventura por los diferentes rincones del mundo donde tuve la suerte de poder ir… ESTE ES EL QUE JAMAS OLVIDARE.

viernes, 16 de marzo de 2018

Una Montaña de… emociones


               

                 No en vano tomamos como fecha simbólica de inicio del “Montañismo” como práctica lúdica mediados del siglo XVIII , época en la que la sociedad industrializada había llegado al tope de definir aquello que durante muchos años comenzamos a conocer como “Capitalismo”. Las urbes se habían convertido en espacios “hostiles”, donde el hombre había perdido su verdadera identidad y más aún la estrecha relación que había mantenido desde sus orígenes con la naturaleza. Siguiendo su “instinto” ese llamado que todos llevamos por dentro, la llamada de la naturaleza comenzó a retumbar en las mentes de muchas de esas personas que sometidas a extensas jornadas de trabajo, comenzaron a exigirse un merecido y reparador descanso a través de las pendientes nevadas y los caudalosos ríos de las montañas… principalmente “europeas”, donde este fenómeno social tuvo su mayor apogeo.

                Definitivamente el “Montañismo” siempre se ha ido adaptando a las generaciones que, desde las épocas juveniles de sus practicantes, han venido definiendo una “raza” de personas que, impulsadas por la necesidad de fuertes emociones, se han dedicado a la exploración y búsqueda de nuevas alternativas que, con el tiempo han llevado a un límite donde los involucrados se han visto en la obligación de adentrarse mucho más allá de su rendimiento físico, indagando también en el fenómeno emocional, descubriendo así que el Montañismo no es solo “Deporte”, sino una verdadera escuela de vida, donde el descubrimiento de los propios límites ha profundizado, no solo la interrelación entre las personas, sino ha hecho que el que practica cualquiera de sus modalidades se compenetre con su entorno natural, y no solo lo proteja, sino lo comprenda y conceptualice como parte de su existencia misma.
                Cualquiera de las culturas humanas, incluye como parte de sus creencias “místicas” y/o religiosas a las Montañas, y por lo general, a medida que las personas que se acercan a ellas, lo hacen de una manera más exigente en cuanto a sus metas, ella misma… “La Montaña”, se convierte en un objeto casi divino que va permitiendo descubrir límites casi inimaginables en el aspecto humano. El cansancio, el silencio, las largas horas de caminata entre la inmensidad de los paisajes y el contacto con culturas particulares de los sitios visitados, le dan al Montañismo y al que lo practica un viso “sacramental”, en el que después de un considerable esfuerzo, está la posibilidad de regresar a ese ambiente “hostil” que es la ciudad, con el corazón lleno de esperanza de un nuevo encuentro con su esencia… la Naturaleza y su grandeza.
                Definitivamente, ir a la montaña tiene unas implicaciones físicas exigentes, que a medida que vamos aumentando el nivel de dificultad de nuestros objetivos, irán también aumentando los niveles de entrenamiento físicos necesarios para lograr las metas planteadas. Sin embargo, la fuerza de la naturaleza, reflejada en las Montañas, va mucho más allá de condiciones físicas. La persona que aborda objetivos de exigencia extrema, donde las condiciones del ambiente (Frío, altura, viento, etc.) van más allá de lo acostumbrado, deben someterse a un entrenamiento emocional que les permita afrontar lo “indecible” en cuanto a tolerancia, no solo al dolor individual, sino inclusive a la perdida de sentido de pertenencia. Hay muchos autores que han escrito al respecto, desde los más místicos, hasta prominentes deportistas que han tratado de desvelar los misterios que hay entorno a la Montaña y sus encantos. Como describe Maurice Herzog, director de la expedición francesa al “Annapurna”, que por primer vez lograra en el año de 1950 una cumbre de más de 8.000m… “La Montaña de Dios. Es el estadio más arcaico. La masa de la montaña es el cuerpo mismo de la divinidad, cuya cabeza, por asimilación antropomórfica, se localiza, naturalmente, en la cima. La tempestad es su voz. Los fenómenos físicos, como las tormentas o los aludes, constituyen manifestaciones hostiles y temibles, y otros – minerales, circulación de las aguas fecundantes – aparecen como dones generosos de un ser sobrehumano y bienhechor.”
Naturalmente para desarrollar este tema haría falta un análisis exhaustivo de la mente humana y las implicaciones en el logro de sus objetivos, por aquello de que “cada cabeza es un mundo” y definitivamente hay cientos y miles de motivos para analizar la motivación que lleva a las personas a practicar el Montañismo. Sin embargo, desde mi punto de vista, entre tantas actividades practicadas por el ser humano en la búsqueda de su “felicidad”, el MONTAÑISMO se convierte en una fuente inagotable de enseñanzas que le permitirán ser un complemento en ese largo camino que todos llamamos vida. Eso sí, de algo podemos estar seguros, para ser buenos Montañistas debemos trabajar el entrenamiento en las dos áreas fundamentales del desarrollo humano… Física y Mental, y en esta última, las emociones ocupan un lugar preponderante, en el cual el desarrollo de los sentimientos y luego la ética, serán el mejor aporte para nuestro desarrollo y el de una sociedad más equilibrada.

miércoles, 7 de marzo de 2018

ARES... como nació la primera Montaña

Para todos los niños, verdaderos montañistas; escaladores
de sueños y fantasías.                                                          
Para todos los adultos, que aún siendo niños, tratan de      
escalar las fantasías de sus sueños.                                     


"ARES", fue la primera montaña, la más bella de
 todas.
En el principio de los tiempos, cuando solo el aliento Divino llenaba el todo, y el único sonido era el verbo... cuando solo predominaba la oscuridad, la fuerza Divina pensó que sería mejor colorear ese espacio, llenar cada partícula existente con olores diferentes que impregnaran el aire, y naturalmente sentir el placer de seres que pudieran disfrutarlo. Fue así como comenzó a llenarse todo de agua y desde el medio, en ese punto que se conoce como "Kailash", emergió solemne, levantándose altiva y rasgando el espacio, para así dejar pasar la luz, que con su calidez y brillo, llenó de espíritu todos los objetos existentes. "ARES", fue la primera montaña, la más bella de todas. Los arboles llenaban sus laderas con aromas que los Dioses usaban de perfumes, por sus costados corría el agua clara, permitiendo que los animales saciaran su sed, y en lo más alto, el hombre, desde allí podía casi tocar el cielo, su mirada llegaba hasta los confines del universo... como pudiendo ver el mundo de los Dioses.

Una sola condición era exigida para poder ser dueño de esta privilegiada condición. El gran Dios "Amithaba", solicitó al hombre nunca descender de la Montaña, ya que las aguas a sus pies aún se mantenían en oscuras tinieblas, un lugar peligrosos para ellos. Más el hombre no contento con todas las maravillas que lo rodeaban, decidió descender. Sin mayor esfuerzo sus pasos emprendieron el fácil camino de la curiosidad y la desobediencia, y dejando la brillante luz de las alturas, se adentró en las tinieblas, donde la maldad con sus mil rostros lo obligó a errar por los mundos bajos, donde comenzó a cultivar el odio que lo hizo un ser destructivo y olvidadizo, incapaz de diferenciar entre el bien y el mal. También se encontró con la mentira, que con su hechizo lo separó de sus hermanos y lo convirtió en un ser solitario y desorientado.
"LAMA GESHE", hacedor de relatos... alma
de las montañas del Khumbu.

Y así el hombre se dio cuenta que el mundo de arriba era mejor, y decidió regresar a la cumbre de "ARES", pero el frío rompió sus huesos y el viento aplastó su cuerpo contra el piso, y la luz con su resplandor se clavó en sus ojos como mil agujas calientes, y el gran Dios "Amithaba" le dijo: "A partir de ahora subir a lo más alto será para ti un sacrificio... mientras más alto más sacrificio. Sin embargo tuya será la gloria de alcanzar la cumbre. Recordarás la dicha de haber visto los confines del mundo, casi podrás tocar el cielo, y el amor volverá a inundar tu corazón, haciendo tu mente más clara, y enseñándote así los secretos del mundo".