Las nuevas tendencias y políticas que se han implementado en el área de turismo, deporte y recreación han dado un cierto vuelco, que a su vez ha reafirmado la práctica y el desarrollo de las actividades al aire libre, haciendo especial hincapié en un grupo de ellas que se ha dado por llamar actividades de aventura o riesgo, como algunos suelen calificarlas.
En este sentido todos aquellos países que por su disposición geográfica, política o social, tienen particularidades parecidas a las venezolanas, se han convertido en el paraíso de todas las personas que interesadas en este fenómeno, bien sea como usuarios o como prestadores de servicio, están dispuestos a consumir u ofrecer este tipo de programas. En este sentido y por las características especiales del usuario de este tipo de turismo, estamos frente a un público cambiante, que exige programas altamente calificados y con garantías de seguridad extremas. Estas condiciones hacen que año tras año se vallan consolidando nuevos mercados en el mundo entero. Creo que en este grupo de países puede estar involucrada Venezuela, sin embargo, es necesario afrontar la necesidad de la implementación de una infraestructura apropiada para tales efectos. Los medios de comunicación y transporte, la infraestructura de hospedajes y sobre todo, el personal humano que sea capaz de adaptarse a las exigencias de un público acostumbrado a servicios de primera clase, en países con características muy parecidas a las nuestras. Es aquí donde la creciente demanda nos obliga a preparar un personal altamente calificado, que en contacto directo con el usuario, sepa transmitir no solo los elementos esenciales que caracterizan todos los programas de aventura, sino también un nivel de experiencia con los mismos parámetros manejados en el ámbito internacional.
Es de vital importancia que todos los elementos involucrados en este proceso, operadores de turismo, agencias de viajes, instancias gubernamentales de turismo, deban hacerse concientes de la importancia de emprender un inmediato proceso de “capacitación”, que permita dotar en cada área específica, de las herramientas técnicas y administrativas, a un personal ALTAMENTE ESPECIALIZADO, que pueda afrontar las exigencias de un público cada día más numeroso y exigente. Este proceso redundará no tan solo en un beneficio directo para el “capacitado”, sino también para cada eslabón involucrado en la cadena turística que conforma este tipo de programa, que por su especialización y grado de dificultad a la hora de su realización, suele ser una cadena que involucra nuevos elementos que deben ser tomados en cuenta al momento de planificar un proceso de enseñanza apropiado, pudiéramos tomar en cuenta como ejemplo: Baqueanos, Chóferes, Personal de Seguridad, Porteadores, Posaderos, etc..
En cuanto a este proceso en el ámbito nacional, exige una fase de adecuación de los parámetros internacionales a nuestra realidad actual, esto mediante una fase primaria de recopilación e inventario de recursos humanos en todos los sectores y en las áreas específicas, esto podría ser facilitado enormemente mediante las agencias y operadores de programas turísticos de aventura, que son los que llevan el día a día de las necesidades y exigencias reales de los mismos. Esta fase de “adecuación” debe seguir de manera inmediata por un proceso de capacitación intensivo, que ataque simultáneamente los diferentes renglones del sector turístico, vale la pena destacar el trabajo que ha venido llevando a cabo el gobierno regional del estado Mérida a través de la Corporación Merideña de Turismo, el Instituto Nacional de Promoción y Capacitación Turística, y el INCES y otros organismos como Teleférico de Mérida, INPARQUES, quienes han tenido una aproximación destacada a este proceso de capacitación del recurso humano en el turismo de aventura. Sin embargo, así como ha venido sucediendo en años anteriores ninguno estos Organismos OFICIALES involucrados, ha sabido dar una solución concreta al sector, especialmente si hablamos en referencia a las homologaciones y/o certificaciones del personal especializado de Guías de Montaña, dejando importantes esfuerzos abandonados en el camino, sin conclusiones específicas e importantes para el bienestar de sector Turismo.
Afortunadamente el esfuerzo ha servido para consolidar la profesionalización de los Guías y a unirlos en un fin común como lo es la exigencia de un reconocimiento laboral ante los organismos estatales del área, según las leyes oficiales en materia laboral y turística. En este sentido, una de las principales Asociaciones privadas, como la "AVIGM" (Asociación Venezolana de Instructores y Guías Profesionales de Montaña), ha sido consecuentes, nacional e internacionalmente, en la formación de Guías que, en las diferentes áreas, puedan hacer frente a las exigentes necesidades de esta especialidad en el país, y a pesar del poco reconocimiento oficial, se ha mantenido firme en el mejoramiento de sus asociados, en áreas especificas como la capacitación, salario, seguridad laboral, formación y reconocimiento internacional, etc.
Por parte de cada uno de nosotros, como elemento participativo y activo dentro del amplio sector del turismo de aventura, está la capacidad de involucrarnos en este proceso y hacer de nuestro turismo una verdadera industria que nos enriquezca, no tan solo desde el punto de vista económico, sino como personas... como país.
En este sentido todos aquellos países que por su disposición geográfica, política o social, tienen particularidades parecidas a las venezolanas, se han convertido en el paraíso de todas las personas que interesadas en este fenómeno, bien sea como usuarios o como prestadores de servicio, están dispuestos a consumir u ofrecer este tipo de programas. En este sentido y por las características especiales del usuario de este tipo de turismo, estamos frente a un público cambiante, que exige programas altamente calificados y con garantías de seguridad extremas. Estas condiciones hacen que año tras año se vallan consolidando nuevos mercados en el mundo entero. Creo que en este grupo de países puede estar involucrada Venezuela, sin embargo, es necesario afrontar la necesidad de la implementación de una infraestructura apropiada para tales efectos. Los medios de comunicación y transporte, la infraestructura de hospedajes y sobre todo, el personal humano que sea capaz de adaptarse a las exigencias de un público acostumbrado a servicios de primera clase, en países con características muy parecidas a las nuestras. Es aquí donde la creciente demanda nos obliga a preparar un personal altamente calificado, que en contacto directo con el usuario, sepa transmitir no solo los elementos esenciales que caracterizan todos los programas de aventura, sino también un nivel de experiencia con los mismos parámetros manejados en el ámbito internacional.
Es de vital importancia que todos los elementos involucrados en este proceso, operadores de turismo, agencias de viajes, instancias gubernamentales de turismo, deban hacerse concientes de la importancia de emprender un inmediato proceso de “capacitación”, que permita dotar en cada área específica, de las herramientas técnicas y administrativas, a un personal ALTAMENTE ESPECIALIZADO, que pueda afrontar las exigencias de un público cada día más numeroso y exigente. Este proceso redundará no tan solo en un beneficio directo para el “capacitado”, sino también para cada eslabón involucrado en la cadena turística que conforma este tipo de programa, que por su especialización y grado de dificultad a la hora de su realización, suele ser una cadena que involucra nuevos elementos que deben ser tomados en cuenta al momento de planificar un proceso de enseñanza apropiado, pudiéramos tomar en cuenta como ejemplo: Baqueanos, Chóferes, Personal de Seguridad, Porteadores, Posaderos, etc..
En cuanto a este proceso en el ámbito nacional, exige una fase de adecuación de los parámetros internacionales a nuestra realidad actual, esto mediante una fase primaria de recopilación e inventario de recursos humanos en todos los sectores y en las áreas específicas, esto podría ser facilitado enormemente mediante las agencias y operadores de programas turísticos de aventura, que son los que llevan el día a día de las necesidades y exigencias reales de los mismos. Esta fase de “adecuación” debe seguir de manera inmediata por un proceso de capacitación intensivo, que ataque simultáneamente los diferentes renglones del sector turístico, vale la pena destacar el trabajo que ha venido llevando a cabo el gobierno regional del estado Mérida a través de la Corporación Merideña de Turismo, el Instituto Nacional de Promoción y Capacitación Turística, y el INCES y otros organismos como Teleférico de Mérida, INPARQUES, quienes han tenido una aproximación destacada a este proceso de capacitación del recurso humano en el turismo de aventura. Sin embargo, así como ha venido sucediendo en años anteriores ninguno estos Organismos OFICIALES involucrados, ha sabido dar una solución concreta al sector, especialmente si hablamos en referencia a las homologaciones y/o certificaciones del personal especializado de Guías de Montaña, dejando importantes esfuerzos abandonados en el camino, sin conclusiones específicas e importantes para el bienestar de sector Turismo.
Afortunadamente el esfuerzo ha servido para consolidar la profesionalización de los Guías y a unirlos en un fin común como lo es la exigencia de un reconocimiento laboral ante los organismos estatales del área, según las leyes oficiales en materia laboral y turística. En este sentido, una de las principales Asociaciones privadas, como la "AVIGM" (Asociación Venezolana de Instructores y Guías Profesionales de Montaña), ha sido consecuentes, nacional e internacionalmente, en la formación de Guías que, en las diferentes áreas, puedan hacer frente a las exigentes necesidades de esta especialidad en el país, y a pesar del poco reconocimiento oficial, se ha mantenido firme en el mejoramiento de sus asociados, en áreas especificas como la capacitación, salario, seguridad laboral, formación y reconocimiento internacional, etc.
Por parte de cada uno de nosotros, como elemento participativo y activo dentro del amplio sector del turismo de aventura, está la capacidad de involucrarnos en este proceso y hacer de nuestro turismo una verdadera industria que nos enriquezca, no tan solo desde el punto de vista económico, sino como personas... como país.
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