Dentro de la actividad de montaña, especialmente en nuestro país, podría
sonar ajena la palabra “organización”, sin embargo llevar a cabo una
expedición, implica exactamente eso, organizarla. Una expedición no es más que
una salida a la montaña, con un objetivo determinado, cuyo logro necesita tomar
en cuenta una serie de circunstancias y detalles que nos obligan a tener en
cuenta unas previsiones y a evaluar sus resultados, a este proceso lo
denominaremos “organización”.
El desenvolvimiento histórico de la actividad deportiva de la montaña,
que es el área que nos compete en este congreso, nos lleva a la conclusión, de
que, la mejor manera de optimizar nuestros recursos e incrementar las
posibilidades de éxito en nuestros objetivos, es planificando a priori elementos
como: objetivos, necesidades, recursos y ver de que manera nuestro grupo se
acerca a la realidad de los objetivos que nos hemos propuesto. Esto nos
permitirá acercarnos y tener una visión previa sobre nuestras posibilidades de
éxito, cosa que en la actividad de montaña, es de VITAL importancia.
Si a lo que hemos señalado anteriormente añadimos el incremento
creciente en la solicitud de servicios dentro de sectores montañosos, incluimos
nuevos elementos que tienen una especial connotación. Con esto quiero decir
que, el inicio de las expediciones comerciales, en sus diferentes modalidades,
implica una respuesta mucho más profesional dentro de lo que viene a ser la
“ORGANIZACIÓN DE EXPEDICIONES”.
PARTE 1
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