Alfredo Autiero

La vida en las montañas... un camino hacia lo más alto de nuestras propias cumbres.

viernes, 6 de junio de 2014

The Last Ice Merchant - Imagine Vasai's video 18

Publicadas por Alfredo Autiero a la/s 23:37 No hay comentarios.:
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ECO TRIP MATCH

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Empoderando a las personas para que encuentren experiencias de viajes hacia destinos naturales impresionantes que fomenten la conservación del ambiente.

Mejor Guía de Naturaleza "Eco Trip Match" 2021

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Alfredo Autiero B: Guía e Instructor de Montaña de la "AVIGM"

Aprendiendo en la Montaña

Aprendiendo en la Montaña
Un Proyecto creado para explorar las montañas y aprender de ellas todos los valores y técnicas que te permitirán llegar a la cumbre con éxito y seguridad. Construye con tus pasos el camino que te llevará a las cumbres que siempre has soñado. Paso a paso abordaremos temas de interés dentro del ámbito de la “Media y Alta Montaña”, aclarando tus dudas y permitiéndote descubrir todos esos aspectos, muchas veces desconocidos, que ampliarán tus horizontes y harán más fáciles tus caminos. Puedes ver algunos detalles a través de: https://www.instagram.com/p/CHlm-sHnQdC/

APRENDIENDO EN LA MONTAÑA

EL TURISMO DE MONTAÑA Y NATURALEZA

El propósito fundamental del programa “APRENDIENDO EN LA MONTAÑA” será el de promover acciones concretas para la formación integral de guías en el área del turismo de montaña, fortaleciendo los conocimientos en los campos de seguridad, liderazgo, expresión y comunicación, cultura, deportes, tecnología y la participación en la conservación del entorno. Tomando como elemento de partida el habitante de las zonas de montaña, es decir, “baquianos”, arrieros, agricultores y posaderos,

permitiéndoles así formar parte directa en el área de la guiatura de montaña y naturaleza de una manera cónsona a las exigencias actuales

Curso de formación para guías

Baja y Media Montaña


La experiencia nos dice que la mayoría de las actividades desarrolladas en la montaña, se llevan a cabo dentro del ambiente de la baja y media montaña (0 msnm hasta los 2.800 msnm en el caso de Venezuela y países tropicales), dentro de una gran gama de especialidades. Ahora bien, con la experiencia de varios años en el ámbito nacional e internacional, hemos tratado de adaptar a nuestra realidad venezolana y establecer así los parámetros que definen al Montañismo y al… montañista.

Hoy en día, las nuevas tendencias de la demanda turística exigen contar con guías altamente capacitados; en este sentido, proponemos el presente Curso Guías de Aventura y Trekking


Justificación

El turismo de aventura en esencia posee en sí mismo un grado de riesgo, lo cual demanda de estas actividades la necesidad y exigencia de disponer de personal especializado, los cuales estén altamente calificados y preparados. De la misma manera el turismo de aventura tiene sus basamentos en el disfrute de los espacios naturales del país, por lo tanto, estos guías de aventura deben ser poseedores de una gran conciencia y responsabilidad ambiental, con la finalidad de poder velar por la seguridad, protección y disfrute de los ambientes naturales, garantizando su uso sustentable y sostenible para las próximas generaciones.

África... Por las nieves del Kilimanjaro

África... Por las nieves del Kilimanjaro
El Kilimanjaro, la montaña más alta de África.

Nepal... Campamento Basa del Everest

Nepal... Campamento Basa del Everest
Del 21 septiembre al 15 de octubre del 2023

Diário Panorama

Diário Panorama
Una entrevista de Sabrina Machado

Entrevista de Sabrina Machado (Diario Panorama)

De entrada se sorprende cuando le aseguran que está señalado como “uno de los hombres que más sabe de montaña en el país”, según varias referencias. Enseguida apela a su teléfono y busca la foto de Jaime, indio piaroa, y dice: “él sí, él habla con los espíritus de la montaña, con sus elementos”, afirma Alfredo Autiero de manera modesta y respetuosa.

Con 1,65 metros de estatura y 55 kilos de peso, se ha convertido en una referencia obligada de montañismo. El propio Mikael Melamed lo llama “maestro” en su libro “Si lo sueñas, haz que pase”. Con estudios en Francia y España sobre montañismo, turismo, administración de tiempo libre, este hombre le sigue apostando al país y anhela el desarrollo del turismo, que deje de ser una promesa enmarcada en planes de gobierno para ser una realidad cónsona con las bellezas naturales. 43 parques nacionales, recalca.

Con más de 40 años de experiencia son pocas los parajes no disfrutados por este hombre en el país, desde Caracas hasta Amazonas, pasando por Guárico son sitios frecuentados por Autiero, en la privacidad de su familia o amigos o con clientes. Este hombre que tiene a El Ávila como referencia primaria de aventuras y de paz, como rincón que explora cada vez que el “ruido de la ignorancia” lo aturde, es un aventurero, dispuesto a hallar su espacio en cualquier rincón del mundo.

Desde muy joven sintió pasión por las montañas, por el misticismo de la naturaleza, por esa capacidad de encontrarse consigo mismo que regalan los espacios recónditos, donde las exigencias físicas y sicológicas son extremas y donde el silencio “es importante y permite que explores tus reales posibilidades”. Por eso —asegura— que en alguna ocasión habrá perdido el camino, pero jamás se ha perdido él. “No te pierdes, cohabitas”, dice.

Precisamente fue la montaña quien le dio el norte claro a su vida, luego de conocer en Caracas a Maurice Herzog, primer montañista en alcanzar una cumbre de más de ocho mil metros, el Annapurna, en la cordillera del Himalaya. La presentación se hizo por medio de Charles Brewer, “otro hombre que sabe mucho de montañas”. El francés quería conocer la Sierra Nevada y el natural de Caracas fue su guía.

La conexión fue inmediata, al igual que la invitación de Herzog: dejar la ingeniería civil y asumir el montañismo como sistema de vida. Hasta ahí llegaron los cálculos y la tesis y los anhelos de su padre de tener a un científico en su casa, al igual que él. “Mis padres fueron excelentes, por eso me dieron la libertad que me dieron”, dice orgulloso.

Así comenzaron las exploraciones que lo han llevado a parajes lejanos y sagrados, en muchos casos. El Chimborazo, Cotopaxi, Aconcagua, Mont Blanc, Cervino, el Pirineo, Pumori, Daulaghiri, Kailash, son solo algunas de las montañas conquistadas por este hombre de contextura media, en algunos casos fue el primer venezolano en clavar la bandera en estas cumbres heladas.

El Everest sigue en deuda. Estuvo en el Dhaulagiri la quinta montaña más alta del mundo. Faltaba un día de trayecto, aproximadamente. “Faltaban mil metros, pero era un trayecto muy agotador, es un punto donde ya no tienes oxígeno, no descansas cuando duermes ni te alimentas cuando comes”.

A pesar que asegura que cada una de las montañas recorridas ha enriquecido su camino, no tiene certeza de cuántas ha logrado, algunas han sido disfrutadas en varias ocasiones, inclusive.

En lo que sí no existen dudas es que Ama Dablam (Collar de la madre) es una de sus favoritas, por ser “una de las más hermosas del mundo y tener el equilibrio justo entre dificultad y altura y un misticismo sagrado”. Esta montaña está situada en el Himalaya nepalí y fue considerada sagrada hasta 1977.

En este camino la muerte y los riesgos son una referencia, a los que no les teme y no lo apartan de su aventura, los asume como parte de su día a día, porque las situaciones extremas “te permiten conocerte plenamente, a descubrir lo que eres”, afirma quien ha tenido que despedir amigos que no han regresado de sus sueños inalcanzados.

En la medida que la conversación avanza recibe una llamada que lo lleva a rebuscar entre sus contactos y concentrarse momentáneamente en la Sierra Nevada, donde un amigo vive un momento “que podría provocarle un incidente y anda con clientes. Yo sé que él está bien”, se repite.

Ante problemas eléctricos las autoridades evacuaron el teleférico de Mérida, lo que dejó varado a las personas que caminaban por la Sierra y contaban con este medio de transporte para su retorno. Según explica el experto tal situación expone a este grupo a una caminata adicional de 48 horas. La molestia cubre su rostro por algunos segundos. Le incomoda la ineficacia.

Hace pocas semanas el montañista robado a la ingeniería se colgó su morral para salir en búsqueda de dos jóvenes desaparecidos en El Ávila. No es la primera vez que lo hace. Ha participado en más de 60 rescates. No le gusta intervenir cuando las autoridades ya lo han hecho, pero Enmanuel y Kaina llevaban más de 100 horas fuera de sus hogares y los jóvenes son contemporáneos con sus hijos menores. En menos de 48 horas ya los tenía en frente.

“Los encontramos muertos de pánico, no paraban de llorar. Aprendieron las cosas por las malas, como no se deben aprender, uno me preguntó cuánto le iba a cobrar. Le pedí doble ración de risas”, dice sonreído. Advierte que esta montaña no es cualquier parque y que se deben tomar medidas básicas para su disfrute. Así como exige responsabilidad a las autoridades nacionales. Rechaza el “reality show” montado por el rescate de los adolescentes.

“Te dicen que El Ávila es parte tuya, que es caraqueño, lo ves en fotografías, en cuadros, pero no te dicen cómo debes subirlo, no lo conocemos realmente. El problema no es El Ávila, son los visitantes, no hay sistema de guías, vigilantes, estadísticamente hay más accidentes, por eso debemos tomar medidas preventivas... Te aseguro que si mides la frecuencia de personas entre el Parque del Oeste y El Ávila, la montaña es más frecuentada”, indica con la calma que proporciona la sapiencia.

No siempre el final ha sido feliz, el experto también ha participado en búsquedas infructuosas, como la del profesor Juan Luis Rodríguez, quien desapareció en septiembre del 2008. Las señas del docente lo ubicaban en Quebrada Quintero —al igual que los jóvenes—. Ascendió por Sabas Nieves. Su cuerpo nunca se halló.

Autiero pide prudencia, responsabilidad a los visitantes de cualquier montaña. Recomienda siempre ir acompañados, con equipos de comunicación y que suban de acuerdo con sus condiciones físicas. Invita a evitar subidas bruscas, que agoten en demasía al cuerpo. Consejos que aplican para cualquier escalada.

En medio de la conversación atiende a un alumno que prepara su viaje a Nueva Zelanda donde irá a trabajar como guía, porque “allá hay gente que quiere conocer montañas”. Sin embargo, él sigue en Venezuela y el próximo 6 de octubre llevará a 16 turistas a Puerto Ayacucho, quienes desean explorar las bellezas del país.

A pesar que hasta la gasolina implica una preocupación, él mantiene su apuesta por la tierra que lo vio nacer y aplica las enseñanzas de la montaña. “Vale la pena insistir en vivir en un país como éste, te permite descubrir tus límites como persona y como sociedad”, asegura mientras un corneteo y unos gritos lo sacan de su reflexión. Dos hombres deciden solucionar sus diferencias en medio de la calle, dominados por los golpes y no las palabras. Solo se limita a señalar: “El sonido de la ignorancia”.

"TXOMAJOMA"

"TXOMAJOMA"
Entre tantos "Mitos y Leyendas" que se tejen entre las cumbres y caminos de las altas montañas venezolanas, Los Andes se han caracterizado por querer mantener viva la llama de estas historias que enaltecen la historia de tantas personas que han hecho vida entre sus caminos y las cimas de sus más destacadas cimas. Estos cuentos, algunas veces, y por no existir un registro escrito y o respaldo histórico, tienden a cambiarse y a tergiversar la realidad misma que los creó. Tal es el caso de un particular paso en la cresta Noroeste del "Pico Bompland" que conduce hacia lo que comúnmente se conoce con el nombre de "TXOMAJOMA". Muchas personas asocian erróneamente este nombre a vocablos indígenas antiguos y le dan un significado parecido a "Río de piedras", o también llegando a utilizar terminologías académicas como: "Bloques erráticos: es un Chomajoma", (nombre derivado de fragmento de roca)". Nada más alejado de la realidad ya que "TXOMAJOMA" proviene de la unión de iniciales de de cuatro conocidos andinistas de 60, a saber: TXO-MA-JO-MA, que según arroja el extracto del diario de "Txomín Vizacarret", dice así: "ITINERARIO EXCURSIÓN ROVERSCOUTS DE VENEZUELA-CLAN GONZAGA- MRD:5/1/66... LLEGAMOS A LA BASE DEL BOMPLAND Y COMENZAMOS A BAJAR POR UNA GARGANTA DEMASIADO EMPINADA LA CUAL BAUTIZAMOS "TOMAJOMA" (LAS INICIALES DE C/U DE NOS)”. TXOmin Vizcarret, MAximiliano Rangel, JOrge Burguera, MAximiliano Pineda.

OCASO

OCASO
Ramón Espinasa (A la derecha con chaqueta verde) en uno de sus ascensos con sus amigos; foto de Jacobo Kameo

OCASO

El dia da paso a la noche tras el ocaso. En la montaña noche y dia se dan un abrazo para continuar el camino paso a paso hacia ese mundo infinito que en la cumbre sella la amistad con un abrazo.
La amistad que no se olvida porque es la misma vida, esa que se abre camino y que aunque pareciera dejarte solo siempre comparte el destino. Porque en la noche y en el dia él, tu yo y el otro hicimos la huella del destino.
Descansa un poco amigo, más adelante continuaremos juntos el camino.

Ramón Espinasa gran montañista de la vida... Descansa en paz.

Tus pasos no se detienen

Tus pasos no se detienen
Los pasos nunca se detienen para aquel que realmente conoce el camino, para el que un día sintió el viento y el frío golpeó su piel, la vida nunca termina par el que con una cuerda caminó rumbo a la cima. Aunque la ausencia golpee, tan solo es la tormenta que oculta la cima, tan fuerte que al voltear la mirada creemos estar solos, pero la seguridad del recuerdo nos permite seguir andando con paso firme entre la incertidumbre y el maltrato. Sabemos que no estamos solos, que en algún lado alguien llamado compañero estará presto a ayudarnos desde lo más profundo del corazón. Mantente ajeno al traidor que él nunca tendrá un camino, porque él no conoce una cuerda, solo conoce las esposas, nunca ha tocado un piolet, porque tiene las manos ocupadas con armas. Entre el concreto asecha, como profunda grieta oscura, pero mientras mantengas el sueño encendido, alguien seguirá tus pasos, alguien abrirá los tuyos. Tu ausencia será la niebla porque el recuerdo traerá la luz y aclarará el camino. John Machado, excelente amigo, gran montañero, mejor padre de familia y ciudadano ejemplar. Todo respeto a su familia y el dolor de su ausencia a los amigos.

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Las montañas "Más Altas del Mundo"

Las montañas de más de 8.000m de altura (las más altas del mundo), son 14: 1.- Everest 8.848m (Nepal-Tibet); 2.- K2 8.611m (Pakistan). 3.- Kangchenjunga 8.586m (Nepal-Sikkim-Tibet); 4.- Lhotse 8.516m (Nepal); 5.- Makalu 8.463m (Nepal); 6.- Cho Oyu 8.201m (Nepal-Tibet); 7.- Dhaulagiri 8.167m (Nepal); 8.- Manaslu 8.163m (Nepal); 9.- Nanga Parbat 8.125m (Punjab); 10.- Annapurna 8.091m (Nepal); 11.- Gasherbrum I 8.068m (Pakistan);12.- Broad Peak 8.047m (Pakistan);13.- Shisha Pangma 8.046m (Tibet);14.- Gasherbrum II 8.035 (Pakistan).

José Antonio Delgado (El Indio/1965-2006)

José Antonio Delgado (El Indio/1965-2006)
En la Cumbre del Nanga Parbat 8.126m

Pasos y recuerdos (En memoria del Indio)

Se llena el aire de vacío al no escuchar tus pasos, y la cumbre lejana lleva tu ausencia llenando el corazón de recuerdos, esos que en su momento nos hacían falta para dar el último paso, el que nunca llegó pero seguimos buscando.
Hay 8.000 razones multiplicadas por 5 para saber lo que la vida es sin un sueño, sin un ejemplo, por eso tu presencia está allí, cuando en la fría noche se cierran los ojos y el deseo desgarrador del retorno llena tu mente, y a tus espaldas sientes la voz que te dice... adelante todavía no has llegado.
Recuerdos de un amigo, José Antonio Delgado a seis años de haber logrado la cumbre del Nanga Parbat (1965-2006)

A la sombra de un Tepuy

A la sombra de un Tepuy
Puedo tocarte y mi cuerpo se estremece perdiéndose en un mundo sublime y extraño...

A la sombra de un Tepuy

Recorro las llanuras en las que riegas de amor a tus hijos. En cada paso dejo mil años como huella, sin embargo con paciencia me acerco a tu lejanía.

Mis sentidos se embotan de ti y me apresuro a tu encuentro.

Pareciera tocar tu esbelto cuerpo y latiendo muy fuerte, mi corazón quiere escaparse y tomar su propia vía.

Puedo tocarte y mi cuerpo se estremece perdiéndose en un mudo sublime y extraño... Tu piel se tiñe de bronce con las aguas del Churum y al ver tu excelsa belleza, hasta el sol baja su frente ruborizando al cielo con tonos de rojos.

Quisiera que fuera eterno este momento, sin embargo un manto de estrellas me envuelve y cerrando los ojos sobre ti me duermo... y sueño; sueño que desciendo sutilmente por tu cuerpo, tan sutil que pareciera estar volando y solo me uniera a ti una delgada trenza de tus cabellos, que a mi lado caen bañando la verde alfombra en la que descansan tus pies. Solo me despierto cuando el frío metal de la realidad refleja su fealdad, la misma que quiere apoderarse de tus selvas y tus aguas, la misma que llena tus pies de brasa y engorda lentamente vendiendo tus tierras, esa que me quiere prohibir sentir lo que por ti siento.

Quedas lejos, más allá del arco iris y las pardas aguas, pero tus caricias, las del viento y la lluvia, nunca se apartarán de mí, porque yo caminé bajo tu sombra.

Gorki

Gorki
Magia es sólo un momento cotidiano que nosotros hacemos especial y guardamos para siempre.

GORKI

La primavera en los Himalayas es una paleta de colores que daría envidia a cualquier pintor. El verde follaje de sus bosques, sus flores multicolores… y sus rododendros, gencianas y edelweiss se mezclan con infinitos aromas y realzan su presencia con el fondo blanquecino de las altas montañas, que, con su luz resplandeciente, obligan a desviar la mirada hacia el verdor de los bosques cercanos.

Esa tarde fresca, en la que la quietud del ambiente obligaba al descanso, mi mirada se posó sobre un lejano rebaño que pastaba en las escarpadas pendientes de las colinas aledañas. Dejé volar mi mente, y el deseo de convertirme en montaña, cordero o ave hizo poner mis piernas en movimiento, y mi corazón galopar dentro del pecho, tratando de retener el ímpetu de mi ser por alcanzar los límites de la conciencia humana donde los instintos rebasan los criterios y los sentidos son dueños de la vida.

La única relación de tiempo y espacio la determinaba el diminuto poblado de Muri que a cada instante empequeñecía ante mi mirada. El silencio se adueñaba lentamente del aire y sólo el balido del rebaño o la caída de algún peñasco rompían la magia de la tarde en la que la cercanía del atardecer cambiaba continuamente las tonalidades que me rodeaban. Un risco que sobresalía, en el margen izquierdo de la montaña atrajo fuertemente mi atención, llevándome casi de manera obligada hacia él. Era como una atalaya que se levantaba sobre el vacío desde donde se podían ver de manera muy nítida las altas montañas de la región. Los Anapurnas y los Dhaulaghiris brillaban con especial luz, mientras que las sombras comenzaban a cubrir las cumbres circunvecinas. En la lejanía, címbalos y tambores anunciaban las celebraciones del año nuevo de Kali, diosa Indú encargada de regir los destinos de la humanidad en los momentos actuales. Este tenue sonido y la tranquilidad del lugar me fueron sumiendo en un profundo estado meditativo que solo pudo ser interrumpido por el crepitar de la hojarasca a mis espaldas, a lo cual no presté mucha atención pensando que sería uno de los corderos del rebaño Sin embargo, al volver la mirada pude percatarme que una diminuta persona clavaba sus ojos en mí. No sé quién de los dos estaba más sorprendido, de nuestros labios no salía ni una sola palabra. Él, con sus escasos 70 cm de altura, me examinaba detenidamente, y sólo al verificar, como por instinto, mis sanas intenciones, se fue acercando sigilosamente hasta colocarse de cuclillas a mi lado. Ambos fijamos nuestras miradas en el horizonte, yo trataba de obviar su presencia para denotar confianza y evitar que ese misterioso momento se desvaneciera. No sé cuántos minutos pasaron, sin embargo, en mi mente se repetía una y otra vez aquella extraña figura. Un roído abrigo de lana marrón cubría su cuerpo dejando ver tímidamente sus extrañas manos. Sobre su cabeza, una banda de lana multicolor se enrollaba a la usanza de las montañas, pequeñas botas de goma y un pantalón de gran talla azul completaban el singular cuadro.

No pude soportar más el silencio y con mi escaso lenguaje nepalés le pregunté su nombre: “¿ Tapáiko náam ké ó?”, a lo que él me respondió inmutable: “ Gorki” . En ese momento me llené de alegría al percatarme de que, aún con nuestra escasa conversación, habíamos comenzado a desvelar el misterio. A los pocos minutos, Gorki se levantó y, después de hablarme en su extraño idioma me tomó de la mano y me internó entre los arbustos del bosque. Mi corazón palpitaba velozmente, la inquietud de no saber lo que estaba sucediendo y a la vez, el hecho de no querer romper ese mágico instante me sumían en una extraña sensación de incertidumbre. Su diminuto tamaño resultaba apropiado para el terreno que estábamos recorriendo para mí no, algunas veces tenía que moverme de rodillas. En pocos minutos nos encontrábamos en medio de un numeroso rebaño de ovejas. Al ver que algunas de ellas se hallaban en una escarpada zona de la montaña, y al observar los innumerables gestos y señas, de Gorki entendí inmediatamente su propósito: quería que lo ayudara a apartar las ovejas del peligroso lugar donde estaban. Como un paciente profesor, Gorki, el diminuto habitante de los bosques de Muri, me indicaba las acciones que debía seguir para llevar las ovejas a laderas más seguras. Resultaba sorprendente cómo Gorki, de pie , al lado de las ovejas, parecía un jinete al lado de su caballo, y esto tal vez explicaba su trato rudo con los animales, a los que golpeaba constantemente con un cayado, emitiendo simultáneamente un sonido parecido a un “hish” .

Su maestría en el pastoreo le permitía controlar, corriendo raudo, un gran rebaño con la facilidad de varios pastores. A medida que descendíamos de la colina, nos deteníamos a descansar en silencio, él tomaba bouquets de flores de las ramas más bajas de los árboles de rododendro y, mostrándome la técnica, succionaba su cáliz extrayendo el dulce néctar de su interior.

Al salir del bosque, el rebaño comenzó a moverse a sus anchas. Gorki aprovecho este momento para recolectar algunos troncos de madera con los que alimentaría el fuego de la noche que se avecinaba; yo, naturalmente imitaba cada uno de sus movimientos

Estabamos en la parte alta de los trigales del pueblo de Muri, desde donde podíamos escuchar nitidamente la música de las celebraciones en las cercanías. No sabía qué sucedería a partir de ese momento, pero en todo caso no quería dejarlo pasar sin compartirlo con alguien. Con algunas señas traté de pedirle a Gorki que me esperara para presentarle a alguno de mis amigos del campamento, él se mantuvo inmutable ordenando la leña recolectada durante la faena. Corrí desesperadamente hacia el campamento, mas, al llegar lo encontré absolutamente vacío, las carpas cerradas y algunas ropas tendidas, me daban la impresión de que todos se habían marchado a las celebraciones del año nuevo en el poblado de Muri. El aire frío de la tarde me hizo reaccionar y nuevamente emprendí una desenfrenada carrera hacia el lugar donde minutos antes había dejado a Gorki. Casi sin aliento llegué al sitio, Gorki no estaba. No había rebaño, ni había madera ninguna señal que evidenciara la veracidad de mi experiencia; sin embargo, a un lado del trigal, una hermosa mujer me observaba con asombro. Sus grandes ojos reflejaban la majestuosidad de las montañas que nos rodeaban, la silueta de su cuerpo denotaba la fortaleza de una vida dedicada a las faenas duras, y su dulce sonrisa irradiaba la picardía de alguién sin inhibiciones ni malicia. Sobre su cabeza, un pañuelo negro realzaba la belleza de una abundante cabellera, pequeños zarcillos en sus orejas hacían aún más brillante su mirada, un collar con una piedra “Tzi”, un coral y una turquesa atrajeron mi mirada hacia su torso color bronce, color que el sol ofrendaba a los habitantes de estos lugares.

Un intercambio de tímidas miradas me acercó a ella para preguntar por Gorki. Su respuesta no me extrañó tanto como el exquisito español con el que inicio su conversación. En ese momento, no me preocupé por indagar el porqué del idioma, mi atención se desvió al dulce tono de su voz y a la extraña respuesta que me daba. Ella me aseguraba con una jocosa sonrisa en sus labios haber estado en el lugar desde tempranas horas realizando sus faenas cotidianas del campo y no haber visto a “ningún ser diminuto” que respondiera a mi descripción, tan sólo le había llamado la atención mi desenfrenada carrera por los trigales de Muri. A pesar de lo alocada que le hubiera podido parecer mi pregunta y lo desenfrenada de mi carrera, ella, con toda naturalidad, me tomó de la mano, y, caminando lentamente y en silencio, con toda la solemnidad del momento, me condujo hacia una casa vecina que, como todas las de la zona, destacaba su sobria construcción de piedra y una pequeña entrada hecha con tablones de madera que conducía a un oscuro salón donde la única claridad provenía del fuego de la madera que ardía en el fogón de la cocina, donde una gran olla de té dejaba salir su agradable perfume ocre. La anciana que alimentaba el fuego colocó rápidamente en mi mano un tazón de té caliente. De repente el silencio se rompió con el agradable sonido de su voz…era ella …se me había olvidado comentarles su nombre… Didi una hermosa mujer que se encontraba a mi lado en uno de los lugares más recónditos del planeta y que, con su infinita amabilidad, me hacía estar distante de mi campamento, conversando sobre cosas extrañas, culminando una tarde de magia en las montañas del Himalaya.

Desde hace algunos años que he vuelto a caminar por las altas montañas entre Tíbet y Nepal, cerca del pueblo de Muri. La gente me asegura no conocer ni haber visto a ninguna persona diminuta con el nombre de Gork, mas nunca lo he vuelto a ver… sin embargo, ahora, cada vez que regreso a casa, me acompaña una hermosa mujer que, con el brillo de sus ojos siempre me recuerda la intensidad de las nieves de las altas montañas del Himalaya y, su pícara sonrisa… la magia de aquella tarde en los trigales de Muri…

"Ama Dablam"... Madre de gran corazón

"Ama Dablam"... Madre de gran corazón
Y se detuvo el tiempo para sonreirle a la luna, que con su mirada atónita llenaba de luz la noche, solo para mostrarnos a su amada madre, la que con gran corazón abrazaba la noche, abarcando con sus brazos los confines de la tierra... esa llamada Himal.

Camino de luz

Camino de luz
Hemos emprendido el camino de la cumbre, el que nos permite llegar a lo más profundo de nuestras capacidades, a un verdadero trabajo, que con el esfuerzo personal se transforma en un trabajo de equipo, cuyo único resultado es el éxito.

Alma Masai

Alma Masai
El Masai ilumina desde su corazón la vida en la sabana Africana, solo él sabe el valor de la vida, el de cada ser que lo rodea... el valor del Serengeti. (En una casa de Comunidad Masai en el Serengeti)

Kilómetros

Kilómetros
En el "Serengeti", los caminos son largos, cada paso abre las puertas de un mundo lleno de creatividad e ingenio que son la clave de la supervivencia.

Sueños

Sueños
Cuando la Tierra y la Luz juegan, la fantasía existe, y los corazones se llenan de alegría imaginando que son parte de ellas. Solo el cuerpo nos despierta bajo la caricia fría del rocío y nos olvidamos que más allá... están los sueños (Parque Nacional Kilimanjaro, Tanzania).

Vigilante Nocturno

Vigilante Nocturno
Kongdhori, cuida tus sueños mientras la noche abre caminos para que al despertar tus pasos abran nuevas rutas hacia destinos nunca imaginados

Mirada interna

Mirada interna
Hay ojos que parecen ver lugares lejanos, que se encuentran dentro de ti, tan lejanos que ya son tuyos (Sadhu en Pasupatinath; Nepal).

Iluminación

Iluminación
Los santos viven escondidos bajo el manto de las hermitas, cobijados por la sombra de los bosques, disimulando su permanencia entre los hombres con un denso olor a humo. (Ani Shasang" Tengboche/Khumbu Himal; Nepal)

Rostro de luz

Rostro de luz
Años de luz brillan en tu sonrisa, que refleja la intensidad de las blancas cumbres que todos los días acarician con sus manos de viento tu piel curtida pero llena de caminos, de colores e ilusiones.

Mirada

Mirada
Una mirada dice más que 1000 palabras... cada arruga arranca un recuerdo, de noches frías. Tus ojos profundos reflejan el cielo andino y sus estrellas, tu silencio... la noche.

KAILASH... La montaña interior

KAILASH... La montaña interior
Hay montañas que solo se escalan dentro de ti (Peregrino en el Monte Kailash; Tibet)

Ventanas

Ventanas
Hay ventanas que abren las miradas hacia mundos diferentes y llenan de luz nuestras vidas, iluminando los pasos a caminos de elevadas cumbres y maravillosas culturas.

Amanecer

Amanecer
Dejo mi alma libre esperar el viento, la luz que acaricia mi cuerpo trayendo consigo la esperanza de un nuevo día (Monte "Roraima"; Edo. Bolívar, Venezuela).

Sueño al amanecer

Sueño al amanecer
El cielo se llena de colores ante los sueños de un niño, que alcanzando la cima, extiende sus ojos hacia el horizonte infinito.

Vuelo

Vuelo
Vuelan mis sueños donde mis pasos abren caminos al no encontrar más huellas (Ascendiendo hacia el "Cotopaxi", Ecuador).

La más bella

La más bella
La luna se pone a su lado preguntandose "Cómo es posible que tanta belleza reine en la tierra" y el Cervino responde: "Porque soy Montaña y los hombres me han hecho bella!" ("Matherhornn" Suiza)

Hielo

Hielo
Deja siempre volar tus sueños que, aunque tu cuerpo sufra, de que vale la vida si tu alma está helada.

Soñando en los Alpes

Soñando en los Alpes
La noche se abre paso para dejar soñar al caminante que fija su mirada en las altas cumbres alpinas (Vista hacia Italia desde el refugio "Middi" en Francia).

Fuerza

Fuerza
Con la fuerza de la belleza los sueños se abren paso entre un ambiente hostil donde solo el que puede entender la magia de la Alta Montaña logra sobrevivir (("Confluencia", en el Parque Nacional Aconcagua; Argentina)

Cabalgando el Tiempo

Cabalgando el Tiempo
Imagen andina que canta con voz de aliento frío, con sombrero y ruana, la nostálgica música del tiempo que se va, que poco a poco desaparece entre frailejones y montañas, escondiendose detrás de la pesada puerta del tiempo... que se cierra y nunca más se vuelve a abrir. Foto tomada en el Páramo de "Mifafí" a campesino viajando 7 horas a lomo de caballo hacia la población de "Mucumpiz".

Sueño en las pampas

Sueño en las pampas
Sobre él, el cielo que le cobija entre polvo y estrellas cabalgando las pampas, contando aventuras entre "mate" y "yerba", el "gaucho" ayuda al montañista en el camino de los sueños (Parque Nacional Aconcagua, Argentina).

Un Gesto vale más que 1000 palabras

Un Gesto vale más que 1000 palabras
El lenguaje del gesto se relaciona con una caricia, a través del contacto que con solo una mirada agradece el hecho de ser humanos... que podemos compartir lo que tenemos diferente para entender que somos iguales. Foto tomada en el camino hacia el "Campo Base de Everest", poblado de "Mondzo"-Nepal

Atrapando el tiempo... ORCO

Atrapando el tiempo... ORCO
Cuando atrapas el tiempo entre tus brazos, sientes la importancia de la vida, sientes como pasa, como cambia y no regresa. Sientes como puedes destruirlo o puedes crearlo. Foto tomada en "Hato el Frío" con "Orco" un cachorro de jaguar sobreviviente. Se presume que en Venezuela no quedan más de 2.500 ejemplares localizados mayormente entre los Estados Bolívar y Amazonas.

Alfredo Autiero en la WEB

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